miércoles, 22 de noviembre de 2006

Paz de Martes


Ayer me di un día libre. Así sin más. Sin llamar a nadie. Sin pedirle permiso a nadie. Simplemente desperté en la mañana, la miré entre las sábanas, le vi los ojos, sonreí y me quedé. Claro, como es inevitable entrar en la mente de la colmena, me hice un par de cuestionamientos, un par de segundos. Hasta que llegué a una conclusión brutal. Pero eso va al final.

Pasé un par de horas más en la cama, guarecido en un abrazo. Una sensación indescriptible de paz me llenó, nos llenó, y dormí tan profundo, pero tan profundo, que en ese par de horas descansé una semana. O más.

Luego, como en aquellos días de Viña, mi amada Viña, decidimos salir. La calle no fue un “noooo, qué mal, que ganas de quedarme en casa todo el día”, sino todo lo contrario. Y un objetivo concreto de nuestro viaje, con esa magia que tiene el hecho de dejarse llevar sin decepciones – imposibles sin la predisposición o la expectativa asfixiante – se transformó en otra cosa. Encuentros inesperados, un recorrido por mi mundo, de su mano. Y luego el regreso a casa. Sin demoras, sin mayores apuros tampoco. Solamente caminar de la mano, comprar un helado barato, besarse, reírse. Luego en casa, la gloria de sacarse todo el peso, todo de encima. Viajar de nuevo, pero desde ahí, y llegar de vuelta aún más abrazados.

En la noche, hacer tonterías. Hablar tonterías. Dejar el ego en remojo.

Hoy todo es distinto, de alguna manera. Me siento más yo. Y me siento aún más con ella.

Ahora la conclusión (se habían olvidado, ¿Ah?)

Soy tan dueño de mi tiempo, que cobro por él. Sí, tan simple como eso. Ni mi vida ni mi tiempo pertenecen a una empresa, ni a mi jefe, ni a nadie. Solo a mí. Y a quien decido regalárselo.

Y para terminar un mensaje: nada es tan grave, nada tan importante. No las cosas, me refiero. No el dinero. No importa la condición de cada cual. Somos personas. Así de simple. No lo olviden nunca.

domingo, 19 de noviembre de 2006

Ausente por Borrachera


Hay cosas que ni qué:
Anoche tuve un carrete y/o parranda con gente que no veía hacía un buen tiempo. Mucha conversación, torrentes de información, de opinión y ese placer que da charlar con gente que masca dos veces. Fui testigo de cómo un Ingeniero discutía de perros con un Veterinario, por ejemplo, o cómo un Lingüista y yo destripábamos los planes de estudio de las Letras y sus ciencias afines (encontrándolas, básicamente, insuficientes, sonsas y estultas). Uno dijo "me continúo en un nuevo ser humano" y celebramos, mientras otro hacía brindis rudos y fortachos, empujando al resto por el mismo camino, con esa extraña cordialidad de "ya po weon, no te voy a permitir que no tomís", vaso en mano, con fruición. Y entre tanta presencia, tantas personas con tantas historias y proyectos y demases, me agarró la borrachera en menos de 4 minutos contados - tras apenas dos horas y algo de parranda - razón por la que me vencí a mi mismo de puro sueño y me dormí. Hoy en la mañana, la casa en silencio, tomé mis cosas, la puerta abierta y a la calle. Camino de mi casa me sentí medianamente triste: quería más historias, un poco más de esas personas, un poco más de charla y sí, también un trago más. Pero el cansancio me ganó, y la borrachera. Las cosas que se pierde uno a veces.

PD: Pese a todo, hoy la vida me parece un poco más linda. Yo tampoco sé por qué.

foto sacada del sitio www.solbes.com

domingo, 12 de noviembre de 2006

De Junio a Noviembre


Con genuina felicidad, genuina, sí, y profunda, escribo este post. Pese a haber tenido una semana dura, no sólo por mis propias cosas y problemas, sino por dramas cercanos de personas amadas (siempre duele tanto no poder aliviarlos), el final de la semana ha sido sencillamente una nueva señal que la vida me da de que, por difícil que sea, elegí un camino fértil. Pero basta de sugerencias, a la noticia. Ayer, más menos a las 21 horas, mi banda, Trakto, terminó la etapa final de la producción de su disco debut. Vale decir, terminamos. El proceso de registro y edición está listo. Faltan cosas, lo que modera la euforia, claro, cosas como el multicopiado, el arte, etc., lo que hace que un disco, como producto, esté en condiciones de lanzarse al mercado. Pero lo medular, vale decir, lo sonoro, está listo. Desde Junio a Noviembre nos rompimos el mate, las orejas, las manos, espaldas y bolsillos en pos del antiguo y conocido sueño de tener un disco. Sueño de mi vida, confieso, que hoy veo en franco camino de realizarse con algo de lágrimas en los ojos. Fue duro. Fue hermoso. Así que nada, hoy, tras las celebraciones de anoche, decidí compartir no tanto las cuestiones técnicas o logísticas, no tanto el esfuerzo, por así decirlo, sino la emoción que ahora me llena. Es una alegría muy particular, muy única, que se me cuela por los pies y, de a poco, me ha ido contagiando el resto del ser. Las palabras andan medio escasas a estas horas, pero se entiende, creo. Así que regocíjense conmigo, lectoras y lectores. Aunque el llanto amenaza por varios lados en estos tiempos, rían hoy conmigo. Quiero que todos sean felices como lo soy ahora. Mañana sigamos con lo nuestro. Hoy, por esta vez, pido con egoísmo que bailen conmigo. ¡Tengo disco!

Foto tomada de www.fotolog.com/trakto

jueves, 9 de noviembre de 2006

Busted!


No hubo caso. Me resistí. Puse en juego todas mis habilidades escapistas, que no son pocas, y me escurrí de la situación por más tiempo del que hubiera esperado posible, allá al principio. Hubo ocasiones en que pensé "listo, acá se me acaba el fuero, de esta sí que no me arranco", pero no, de alguna forma misteriosa algo ocurría y ya, libre por un tiempo más. Tantas veces zafé en la boca misma del peligro, que llegó un punto en el que me sentí inasible, de alguna manera inmune a ser capturado por esa situación. Y justo ahí, en los abismos de la invincibilidad, cuando mi ego siempre hambriento me repetía con voces claras "jamás serás atrapado", ahí justo ocurrió. Casi no me di cuenta. Ocurrió como un respiro, como una caída, como la más inesperada y natural lluvia en pleno invierno. No hubo caso. Encontré trabajo. Ahora falta ver si duro ahí, si la plata es buena, si sirvo. Si no, a seguir escapando.

Saludos a todos.

domingo, 5 de noviembre de 2006

Problemas Técnicos


El maldito blogger se volvió loco, y no me dejó publicar. Intenté postear con la letra de una canción, pero por algun motivo , tras publicar, no la guardó en la base de datos, lo que hizo imposible su edición y, lo peor, no se podían recibir comentarios. Intenté suprimirla, para subirla de nuevo, pero tampoco podía. Ahora no está la entrada, menos mal, pero blogger sigue con dramas. Tal vez es mi blog. No lo sé. Por mientras esto, entonces, un aviso de que algún problema ocurre y que por eso mi blog puede andar peor que mal en estos días. Intentaré mantenerlo, pero si la situación se sostiene, tendré que pensar seriamente en la supresión de este espacio y la creación de otro blog, de cero. Quién sabe, tal vez sea hasta bueno. Por ahora, un saludo a todas y todos.

Paz.