jueves, 28 de agosto de 2008

Melodías

Sabes que empezaste a crecer un poco, y que estás conectado con el Universo, sabes que todos tenemos un pulso primigenio que no es una construcción de la conciencia, sino pulsión y energía pura y sabes que es absolutamente cierto eso de que, en el momento del absoluto compromiso, el Universo entero conspira a tu favor; todo eso lo sabes y lo eres cuando logras emocionar a tu mujer y a tu bebé dentro del útero con las melodías que les das con tu instrumento. Ahí, en ese minuto, me convertí recién en músico.

domingo, 3 de agosto de 2008

Glorified Flighter


De todas maneras, bajo cualquier punto de vista, esta niñita (Dios la guarde) está influenciada por una señora que a las claras se quedó pegada en un discurso anacrónico, lleno de inflexiones ya vencidas (como la leche que se pasa de la fecha, no “vencida” en cuanto a “derrotada”). Esa señora, era que no, es su madre santa. Empero, pese a ello, no condenamos acá ni denostamos ni a la señorona ni a la niña, habida cuenta de cuanto pueda uno decir de ellas. No. Lo impresentable es el Colegio de Profesores. Avalar este tipo de estupideces, martirizar a la escolar, endiosar a la madre y hacer parecer como bandera de lucha de los jóvenes y de los docentes que buscan, genuina, desinteresadamente (¿?) una mejora en la educación chilena, eso, eso sí que lo denostamos. Ellas no me representan, ni a mí ni a lo míos, y un gremio que avala imbecilidades como un jarro de agua a una ministra – cualquiera haya sido la causa o méritos de la última para recibir tal afrenta – es un gremio que ha perdido el norte y que no sabe cómo más insertarse, cual garrapata, con todo su discursillo a cuestas, en las conciencias nacionales. A lo que estamos sometidos no más encender el televisor. Ahora ella es glorificada, cuando debiera ser, por lo menos, castigada con un par de palmadas ejemplares. No da para más. Cualquier otra cosa es sacar de proporción una pendejada de una pobre imberbe marioneta de su incendiaria y profundamente cobarde madre. Cobarde, sí, eso de andar alzando la voz detrás de la hija adolescente, con la cama del populacho detrás. (Agrega la gran Nany: “cabra mía hubiera de ser, a ver sí le quedarían ganas de andar haciendo cabezas de pescado…”) Poco puede agregarse a ello. Concuerdo con ella plenamente.


Un saludo a todos los que realmente intentan hacer algo por la educación chilena. El resto del teatrucho de variedades ya me aburrió. María Música, a tu pieza, caramba, y sin postre. Santo remedio.


PS: Por harto, harto menos se expulsa a cualquier niño o niña de cualquier colegio. No vengamos a disfrazar de abuso el costo de jugar con fuego.