Sí que sí, hemos vuelto y con todo. Un final de verano, vacaciones y toda la magia de un viaje de la mano por lugares tan nuevos, mas con tanta historia, los comienzos de siempre y los otros, las nuevas lógicas, y la sensación maravillosa que da el saber que hay mucho que hacer, mucho por recorrer y setenta mil posibilidades impensadas desde este punto del recorrido del 2008. Casos abismantes de imbecilidad humana y nacional, descarados que roban sin vergüenza recursos públicos diseñados para mejorar la educación, jueces que liberan asesinos, asesinos que segan vidas infantiles, idiotas quemando bosques, sequía por sobreconsumo, y la estulticia de la clase política, cada vez menos política y más bananeras. El panorama se dulcifica, sin duda, y la sensación, insisto, más que en desazón, se transforma en una bellísima intención de mover la balanza hacia un cambio profundo. Somos más de los que creemos aquellos concientes de que el mundo necesita, sobretodo, como lo puso Mafalda alguna vez, una inmensa curita. Cariño, agrego. Invito a todos a hacerle cariño a este maltratado mundo. Es muy grande el mundo, miremos el país. Es muy grande el país, empecemos por nuestra ciudad. Rabiemos menos, odiemos menos, que la pura razón y el violento empuje del progreso no nos han llevado, precisamente, a la Iluminación que nos prometieron unas pocas décadas atrás. Tal vez el camino es otro. Tal vez, entre todos, podemos empezar a vivir y vivirnos como se necesita: desde el amor
¡Bendiciones a todos!