lunes, 19 de marzo de 2007

Magia en vivo


Un cerdo volador, un prisma de láser, fotos de dictadores y una historia en pantalla, un homenaje a Syd, un comic con la letra de un tema nuevo. Sonido demoledor, envolvente, perfecto y potente como nunca había escuchado en un show en vivo. Una banda en perfecta sintonía con el material que interpretaba y con el público. Y en medio de todo el hombre genio, el director de orquesta, pero también un poco director de cine, a un gesto suyo, fuego, luces, colores, formas. Las canciones, viejas, desconocidas, nuevas, estrenos, todas llegando al lado más emocional de la música, sin necesitar grandes despliegues técnicos, sin ser un gran bajista, ni un gran cantante. Su comparsa, la segunda cabeza de esa bestia etérea que era Pink Floyd, su hermano, no se echó de menos. Tal vez, él dirá lo mismo, pero eso es harina de otro costal. Una experiencia que nos elevó a todos, a los 50 mil que lo esperamos toda la tarde, los que le dedicamos el día, algunos sin tanta fe, como yo, otros con la ilusión pintada en el vidrioso manto de los ojos expectantes. Un maestro que hizo que el Estadio Nacional de pronto se sintiera como una pequeña habitación de departamento, y luego como un crucero espacial o como la mismísima luna, a ratos, como la cabeza genial de un loco, llena de recuerdos, de proyecciones, de alucinaciones. Una clase magistral, la demostración empírica de que los sonidistas en otros lados no son sordos, que se puede hacer un trabajo brutalmente profesional y puntual, que se puede emocionar a cincuenta mil sin tanta batahola, marullo, pantomima o acrobacia. Un jazz bass, una guitarra electro acústica, batería, guitarras, teclados. Nada más, como era el rock antes, cada instrumento sonando por separado y en conjunto. Lo que ocurrió en el concierto de Roger Waters excede cualquier recuento. El estado de shock duró varios días. El que lo vivió, lo sabe.

1 comentarios:

Little_Fairy dijo...

No tengo nada mas que decir. Todavía sigo en shock y no puedo creer la suerte que tuve de tener aquella invitación, vivir todo esto y hacerlo recuerdo para disfrutarlo por siempre.

Grande, Magnífico..eso

Ti amo!