pd: la foto es de una disco en Puerto Varas. No es Santiago el problema.
jueves, 31 de agosto de 2006
Manga de Ovejas
pd: la foto es de una disco en Puerto Varas. No es Santiago el problema.
Simpleza de BigFella dicha el 31.8.06 3 comentarios
domingo, 27 de agosto de 2006
Escribiendo II
Simpleza de BigFella dicha el 27.8.06 2 comentarios
miércoles, 16 de agosto de 2006
Viva Chile... sí, claro
Escucho con una leve sonrisa en la cara muchos de los juicios de mis pares. No juzgo a nadie por ello, pero a veces la desinformación y la ignorancia sirven de combustible a tanta opinión aberrante que uno se ve obligado a salir del mutismo y hacer notar algunas cosas. Explicarlas, si se quiere.
La nacionalidad, en nuestra generación, se ha convertido en un ejemplo enorme de lo anterior, de cómo la ignorancia genera juicios que sorprenden por la facilidad de uso y, sobretodo, por su extensión, digamos, por la rápida adherencia que generan. En una reunión social decir “los bolivianos son un asco” o “los argentinos me caen mal” siempre genera más simpatías que antipatías, pese a lo poco xenófobos que nos gusta creernos. Pero analizando un poco mejor las cosas saltan un par de conclusiones obligadas – si de una conversación lógica se trata – que paso a exponer: a) quien lanza semejantes frases tiene, necesariamente, un conocimiento acabado de la idiosincrasia y los matices culturales de tal o cual nación o pueblo, y puede, con justa propiedad, vomitarse un discurso de esos. B) en caso de que lo anterior no se cumpla, el tipo o tipa que lanza tal aseveración conoce a TODOS los integrantes de tal nación y, por tanto, es capaz de enjuiciarlos, de un solo latigazo, en su conjunto.
Puesto así, claro, el ridículo de tomarse en serio frases como esa resulta evidente. Sin embargo, lo peligroso de tales significantes, aunque – defensa inmediata – se puedan decir en tono de “talla”, es que generan significados. Y si bien hay conciudadanos con la suficiente conciencia y criterio para no tomarse tales significados en serio, hay muchos otros que sí. Casos como el de los grafiteros dejan en claro hasta qué punto puede llegarse a la ceguera (de allá y de acá) en pos de banderas o colores que, si mal no recuerdo, ni siquiera nos representan tanto como queremos decirnos a nosotros mismos. Es más, incluso hablar fácilmente de “los chilenos”, siendo tales, nos parece automáticamente ambicioso y facilista. Sin embargo todos podemos citar un arsenal de supuestas verdades respecto de nuestros vecinos sin empacho ni verrugas. No me preocupa tanto lo ridículo, sino los extremos dramáticos a los que se pueden llegar: neo-lo-que- sean son sólo un ejemplo. Pensemos todos en lo horrible que sería estar en un país extranjero y encontrarse con pulcros patriotas de escudos nacionales tatuados en el brazo diestro persiguiéndonos SOLAMENTE por ser de otro lado. Cuidado con el cóndor y el huemul. No son tan gloriosos y no justifican nada. Viva Chile, pero viva conciente, gente. No hablemos tan rápidamente de lo que no conocemos.
Simpleza de BigFella dicha el 16.8.06 5 comentarios
domingo, 6 de agosto de 2006
Bailando Salsa
Simpleza de BigFella dicha el 6.8.06 7 comentarios
miércoles, 2 de agosto de 2006
Intradestrucción
Ese día se levantó en otra casa, como tantas otras veces, pues sus visitas siempre tienden al trasnoche, y sus amigos hospitalarios siempre lo atendían con generosa deferencia. Todo estaba extrañamente bien, como si de alguna manera cada fragmento calzara en concordancia con el otro en su vida, como si cada pieza estuviera engrasada, lista y funcionando. La sensación lo oprimió un poco - nada alarmante, una ligera presión en el área de la garganta – pero el casi respirable bienestar lo hizo distraerse un poco, bajar voluptuosamente las defensas para saborear sin trabas esa exquisita dulzura de mañana. Caminó, buscando cigarrillos, esa tarde. Camino a su casa la opresión aumentó hasta casi ser centro de su atención. No le dio importancia, nuevamente sumido en las fragancias de la calle, los sonidos, las voces. Cuando llegó a su casa le explotó todo en la cara, las piezas dejaron de encajar y cada esfuerzo pareció ser fútil, cada uno de los trabajos, cada ilusión, cada esperanza derrumbándose como un castillo de arena azotado por la ola infecta de la mala suerte. El aguijón de la duda sobre cada decisión tomada, la certeza del error sobre las que no tomó, todo se le cayó encima. Y cuando nada parecía poder ir peor, llegó el dolor, ya no ligero, en el pecho. Hay niños que viven siete años, y es su vida entera. Siete años la opresión creció y se hizo fuerte. Esa noche, al teléfono, diciéndose que no valía la pena, la opresión llegó al punto límite y se transformó en un pausado, cálido y doloroso llanto. Frustración destilada cayendo por sus mejillas barbadas. Luego el atontamiento, el minuto de paz y luego la maraña, la neblina, la pantalla. La ilusión se le cansó, le dice una canción suya. Nadie le sabe responder.
Simpleza de BigFella dicha el 2.8.06 2 comentarios