jueves, 14 de diciembre de 2006

A la Luz de los hechos


La señora Luz, con sus ojos desorbitados, su cabello enmarañado y su lengua feraz, me dan imagen y rostro perfecto para hablar de lo que he observado en estos días. Pocas veces podemos ser testigos de tal nivel de indecencia, de tal calaña de conducta, de tan idiota forma de ver las cosas, la vida, la política, la historia... la señora Luz nos da pretexto, si se quiere, y encarnación para comentar todo lo percibido por su servidor tras la muerte del asesino y genocida más célebre de nuestra nación: don Augusto Pinochet.
Mi perspectiva, siempre a posteriori, como la de toda nuestra generación, respecto del régimen militar es la única que cabe tras el primer análisis: Pinochet fue un dictador. Pinochet fue un Asesino. Si a alguien le cabe alguna duda de eso, a mi juicio, debiera hacerse ver por un profesional en busca de trastornos de oligofrenia o demases. Su llamada “obra”, que tantos quieren ensalzar y separar, mística y convenientemente, de las atrocidades y del genocidio, instalándolo como “fundador del Chile moderno” por el avance económico, o como “salvador de la patria” por su acción contra el régimen socialista anterior, aún si pudiera, desde mi lado más tolerante, más comprensivo, creerlas ciertas, no son justificación ni en lo más pequeño para los asesinatos, las torturas, las desapariciones. El progreso teñido de sangre no es una “obra” ni es mérito de un “salvador”, es la forma nazi de hacer las cosas. Además, la sospecha me nubla la vista: ¿Progreso? ¿Crecimiento económico? La instauración sangrienta de un sistema económico capitalista, neo-liberal, ¿Es realmente progreso? ¿No es precisamente ese modelo el que gestó como vómito infecto a las Isapres? ¿Alguien puede pensar que el sistema capitalista realmente hace avanzar a las naciones hacia una mejor calidad de vida? Yo sinceramente lo dudo. Ganando el mínimo, en FONASA, como el gran grueso de nuestros compatriotas, dudo y río con sorna respecto del “legado” de Pinochet. Así las cosas, no hay nada que atenúe, en mi opinión, y desde la más pura lógica, los crímenes.

Entonces aparece Luz. Se ofende porque Cheyre hizo lo que nadie y aceptó públicamente la necesidad del Ejército como institución pidiendo perdón por los abusos. Primera generación de militares que no adhieren al régimen. Le tira monedas al auto, le grita improperios de alta alcurnia (“traidor conchetumadre”) y le lanza agua, a usanza de carro anti disturbios, nuestro conocido guanaco. Pasa un ciclista hacia su trabajo, y Luz le ve cara de comunista. Lo baja de la bici, le pega, le bota la bici al suelo, repite improperios, pierde el poco seso que le quedaba. Obreros de la construcción, frente al lugar de velatorio del Genocida, oprimidos por SU sistema, cansados de la llana, del cemento, del ripio y de ganar menos de lo mínimo en condiciones de seguridad deplorables, gritan “asesino”, una verdad grande, sencilla de enunciar, directa. Luz pierde el control, les grita, y ante su imposibilidad de alcanzarlos, arremete contra un ventanal de la sala de ventas, rompe puertas, computadores y, con lágrimas en los ojos declara “no puedo creer que tanta gente aun tenga tanto odio en sus corazones, no puedo entender la odiosidad, no hay respeto con nuestro dolor”. Te tengo noticias Luz. Ese sentimiento de pérdida, de dolor, de pena – genuina o no, Luz, me da lo mismo - no es NADA comparado con lo que tantos vivieron a manos o bajo las órdenes de Pinochet. En tus tiempos, cuando veías con admiración las tanquetas en la calle y las capas grises del führer chileno, y tu corazón quincieañero, Luz, suspiraba por las mentiras de Cuadra y los cálculos de Büchi, ahí la gente que no pensaba como tú, Luz, era asesinada, le ponían electrodos en los genitales, secuestraban a sus hijas y las violaban delante de sus ojos. Hoy podemos gritarle al asesino que lo es, que lo era, podemos festejar su muerte, o no, como se nos de la gana y tú, Luz, tras tu conducta de terrorista, ahora no eres lanzada al mar, solo por si acaso, sino que eres llevada a un tribunal, te citan a un juzgado y hoy estás en tu casa, llorando de pena. De rabia. De idiotez. Luz, bienvenida a un mundo sin dictadores. Bienvenida a un Chile donde la gente como tú ya no tiene cuervos uniformados que la amparen. Bienvenida, Luz, a un Chile en el cual, si me pegas, te la devuelvo, si me insultas, te escupo. Porque puedo. Porque tu general ya no está arriba. Bienvenida a un Chile sin miedo de gente energúmena como tú, Luz. Ojalá alguna vez hagas honor a tu nombre. Y gracias por mostrarnos a los detractores de Pinochet que tenemos, sin apelación, la más total y absoluta razón.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Agradezco a Luz su conducta, que ejemplifica a la perfección el modo de actuar de esta gente que ahora llora al tirano. Gente que no soporta saber de otro que piense distinto, gente cuya carta de presentación es la violencia.
Agradezco a la prensa que llegó de diferentes puntos del globo a plasmar estos hechos, gracias a ustedes muchos más sabrán qué tipo de gente es ésta.
Y por sobre todo, alabo la conducta del Gobierno frente al tema. Sra. Bachelet, usted merece todo mi respeto.

Anónimo dijo...

Me pregunto en qué pensarán los adherentes del tirano, que afirman que todo el "lumpen" y el delincuente ordinario tiene una procedencia marxista, cuando ven a Luz actuando de esa manera, que de alguna forma representa el comportamien de toda esa facción. ¿La mirarán y sentirán vergüenza?, ¿harán como que está loca? o ¿se harán los locos ellos?. O cuando el tipo desaforado que insultó, sin más, a la reportera española, se vió en la televisión, qué habrá pensado... habrá dicho:"Todos deberían serf como yo" o "Ese es un verdadero agradecimiento".
Ahora que ellos viven el "dolor" de perder a su prócer, y piden respeto y espacio para manifestarlo, podrían ser aplacados como lo fueron aquellos que buscaban sin cesar a sus familiares desaparecidos. Podrían ser pisoteados por la corte suprema como lo fueron las víctimas, cuando un particular personaje dijo que :"el tema de los desaparecidos me tiene curco". A riesgo de sonar vengativa, realmente me hubiese gustado que pasara algo muy malo en el funeral o el responso del dictador, pero en realidad, ahora que está muerto, aquel hombre que de sólo nombrarlo originaba una vorágine vomitiva en aquellos que fueron vejados constantemente por su régimen, ya no nos molestará más. Porque como dijo Belisario Velazco,Pinochet pasará a la historia como un típico dictador de deredcha, que masacró a su gente, violó los derechos humanos y se enriqueció con ello, que fue abandonado por sus adherentes en el momento de los "qué hubo", y que gracias a su muerte, nos brindó un dia de júbilo y festejo, que si no me equivoco, es la única alegría real que me ha dado Pinochet.
Mis condolencia están con aquellos que aún no saben el paradero de sus cercanos y que vieron pasar la vida sin que el tirano pagara por sus crímenes, y a pesar de que esté muerto, su fantasma no nos abandonará nunca y sinceramente y esperando no sonar como una resentida... a 33 años del golpe de estado, a manos del traidor, sinceramente... ni perdón, ni olvido.

G. dijo...

hoy en la of tube ua discucion de este tema y quede como la comunista...y no lo soy y mis argumentos distaban de serlo...VALOOOOOOOR!!

saludos

G.

Anónimo dijo...

TOTALMENTE DE ACUERDO

SALUDOS

LAS GORDAS

Rodrigo Mora dijo...

Que hay guey...
Lo mejor es que la señora Luz no es "lumpen", por eso pasa piola, calificándolo todo como un arrebato.
saludos, r

Anónimo dijo...

Un escrito poderoso, como hace tiempo no leía de dicha pluma. Nosotros tambien tenemos nuestros personajes nefastos, galtieri, videla, masera y no mencionare mas por respeto a la buena gente...
Sin embargo mi problema con ese grandisimo hijo de mil puta que manejo el angosto territorio trasandino (con el Atlantico a mis espaldas) es personal: 1982 - Guerra de Malvinas.

Little_Fairy dijo...

No puedo entender odios y actitudes movidas por aquél. Lo unico que pido y quiero después de todo ésto es justicia. Pienso que el dictador muerto no mató también la posibilidad de seguir luchando para obtenerla. Leí por ahí un personaje bien sabio que dijo que la historia se encarga también del castigo de algunos. Está manchada y así será recordada. Hay muchas cosas que están todavía fuera de lugar.

Asi que hago el llamado en tiempos de no silencio a gritar por lo que merecemos, sin odio, sin violencia. Sólo para nuestra tranquilidad y el saber de que estamos haciendo las cosas bien.

Denunciemos amigos.
Hablemos de una vez por todas

Anónimo dijo...

Pero que bien que escribes por Dio!!!!!!


Luz...

Me diste un buen momento de risas en el hospital