Hay cosas que ni qué:
Anoche tuve un carrete y/o parranda con gente que no veía hacía un buen tiempo. Mucha conversación, torrentes de información, de opinión y ese placer que da charlar con gente que masca dos veces. Fui testigo de cómo un Ingeniero discutía de perros con un Veterinario, por ejemplo, o cómo un Lingüista y yo destripábamos los planes de estudio de las Letras y sus ciencias afines (encontrándolas, básicamente, insuficientes, sonsas y estultas). Uno dijo "me continúo en un nuevo ser humano" y celebramos, mientras otro hacía brindis rudos y fortachos, empujando al resto por el mismo camino, con esa extraña cordialidad de "ya po weon, no te voy a permitir que no tomís", vaso en mano, con fruición. Y entre tanta presencia, tantas personas con tantas historias y proyectos y demases, me agarró la borrachera en menos de 4 minutos contados - tras apenas dos horas y algo de parranda - razón por la que me vencí a mi mismo de puro sueño y me dormí. Hoy en la mañana, la casa en silencio, tomé mis cosas, la puerta abierta y a la calle. Camino de mi casa me sentí medianamente triste: quería más historias, un poco más de esas personas, un poco más de charla y sí, también un trago más. Pero el cansancio me ganó, y la borrachera. Las cosas que se pierde uno a veces.
PD: Pese a todo, hoy la vida me parece un poco más linda. Yo tampoco sé por qué.
foto sacada del sitio www.solbes.com
Anoche tuve un carrete y/o parranda con gente que no veía hacía un buen tiempo. Mucha conversación, torrentes de información, de opinión y ese placer que da charlar con gente que masca dos veces. Fui testigo de cómo un Ingeniero discutía de perros con un Veterinario, por ejemplo, o cómo un Lingüista y yo destripábamos los planes de estudio de las Letras y sus ciencias afines (encontrándolas, básicamente, insuficientes, sonsas y estultas). Uno dijo "me continúo en un nuevo ser humano" y celebramos, mientras otro hacía brindis rudos y fortachos, empujando al resto por el mismo camino, con esa extraña cordialidad de "ya po weon, no te voy a permitir que no tomís", vaso en mano, con fruición. Y entre tanta presencia, tantas personas con tantas historias y proyectos y demases, me agarró la borrachera en menos de 4 minutos contados - tras apenas dos horas y algo de parranda - razón por la que me vencí a mi mismo de puro sueño y me dormí. Hoy en la mañana, la casa en silencio, tomé mis cosas, la puerta abierta y a la calle. Camino de mi casa me sentí medianamente triste: quería más historias, un poco más de esas personas, un poco más de charla y sí, también un trago más. Pero el cansancio me ganó, y la borrachera. Las cosas que se pierde uno a veces.
PD: Pese a todo, hoy la vida me parece un poco más linda. Yo tampoco sé por qué.
foto sacada del sitio www.solbes.com
3 comentarios:
Y... son las cosas peligrosas del alcohol, cuando acompaña estos encuentro rebozantes de algarabia es facil excederse y mamarse... y al dia siguiente esta esa pseudo nostalgia...
Ojo, no es solo eso... también es la escasez, terrible escasez de buen material humano al momento de charlar...
Besos, Paula
Yo estube ahí....
y por primera vez en la existencia creo que puedo decir que bebí más que tu y morí bastante más tarde.
Pero comparto con todo lo dicho...que hermoso ese saltode hablar del mundo, de nuestros corazones, de lo rica que está la carne y pasar a risas incontrolables por motivos totalmente sencillos.
Me tomó la nostalgia también, y la caña ha durado todo el día
y eso que no han tomado en cuenta a la víctima...
"el tiempo pasa pronto y todo tiene su final".
La nostalgia de capital humano es lo que hace que nos juntemos cada un buen rato y que sea inevitable el hecho de encontrarse cada tanto.
Un abrazo
RM
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